domingo, 25 de agosto de 2013

Kalymnos.

Había dos opciones; la primera y en principio más predecible, hablar de la escalada en la isla, de sus desplomes, de sus chorreras y demás vainas; la segunda, hablar de todo lo demás...

Elijo la segunda, porque es lo que hace especial y diferente este viaje.

Y ¿por qué?...



Por lo divertido que es coger la moto y deambular por la isla, descubriendo sus calas, sus sectores de escalada, sus paisajes...



Por poder disfrutar de su exquisita comida.



Por sus aguas azul turquesa (con bañador).



Por navegar.



Por sentirte como un autentico turista.



Por poder bajar al centro de la tierra a... ¡escalar!.



Por pasártelo pipa.



Por salir del centro de la tierra y disfrutar del mar (sin bañador).



Por poder elegir el pulpo que te vas a comer.



Y sobre todo, por disfrutar de sus espectaculares atardeceres.



Este ha sido uno de los viajes de turismo-escalada que mejor sabor de boca nos ha dejado y que si podemos, mas pronto que tarde, repetiremos.