Galayeando.

Desde nuestra última visita a la Peña del Aguila en septiembre de 2011 no íbamos a Galayos, ¡ya tocaba volver!. Quede con Victor en Arenas, y después de ver el España- Portugal, ¡que tensión!, subimos a la plataforma para el jueves ponernos en marcha bien temprano.

Teníamos un buen plan, asedio al Torreón.

¡Con estos hitos no hay quien se pierda!.

Empezamos con la combinación "Rosa de los Vientos - Valencianos". La primera es una antigua vía de artificial liberada, que subiendo a la derecha de la famosa Underground, te deja en el último largo de la vía "Valencianos".

El amigo Victor negociando las primeras dificultades.

Una atlética fisura de 6c+ y 30 metros con algún pasito cabrón y llegada "cachonda" a la reunión. ¡Un largazo!.

Llegando a la reunión, ¡que ambientazo!.

De segundo, 7a.

Un diedro técnico y pelín desplomado, donde sin los aliens no eres nadie.

Después de un bonito y disfrutón largo de 6a, llegamos al último largo.

40 metrazos de fisura, primero manos y puños para hacerse cada vez más ancha y donde te pongas como te pongas acabarás arrastrándote como un vil gusano.

Este si que sabe.

Nunca es mal momento para hacer amigos.

Cabalgando en la cumbre del Torreon.

Y de postre, "Norte" al Torreón.

Satisfacción asegurada.

Aprendiendo idiomas.

Un sábado de verano escalando en Portinho da mucho de sí.
A las 2 entra la sombra, llega el fresquito, los escaladores suben de la playa y, con las tardes de junio, un montón de horas por delante para hartarnos de escalar.
Pero este sábado no sólo hemos escalado, además de nosotros también estaban por allí nuestros amigos portugueses. Y nos hemos enterado que "las ratas del aire" significa algo así como "las vaginas voladoras", ¡me parto!...

Haciendo ganas para subir a escalar.

Volvemos al tajo.

Después de unos días en el banquillo regresamos al campo de juego.

Este finde para ir poniéndonos a tono nos hemos dado un buen atracón de fisuras, ah!... y también de dulces, jeje.

Marili haciendo hambre.

Mundo viejuno.

Dos semanas para olvidar.
Tras varias visitas al Hospital, algún que otro pinchazo y un buen atracón de medicamentos parece que empezamos a despegar.
Cada vez que nos veían en la farmacia se frotaban las manos, que si un analgésico, que si un corticoide... si cada vez que compramos algo nos hubiesen dado puntos ahora tendríamos para una vajilla completa.

¡Si es que ya estamos mu mayores!.

Ya pronto con los gatos puestos.